La construcción es una de las actividades humanas más antiguas. Los primeros indicios de la construcción se remontan prácticamente a los mismos inicios de la historia del ser humano. Más allá de una actividad productiva, la construcción se presenta como uno de los factores de identidad cultural más relevantes. El estilo de construcción, materiales y técnicas usados en cualquier edificación pueden ser rápidamente asociados con alguna cultura o civilización. No está por demás decir que la construcción es una de las actividades humanas más importantes.
Considerando lo importante que es para la humanidad la construcción como actividad de desarrollo, y dentro de un contexto mundial, en dónde la tecnología es parte de la vida cotidiana, se espera que el avance tecnológico permee directamente a la industria de la construcción. En este escrito queremos ahondar en los beneficios del uso de la tecnología en un proyecto de construcción, y de la importancia de considerar el uso de herramientas tecnológicas desde la concepción de cualquier proyecto constructivo.
La tecnología está revolucionando la manera en que muchos procesos de construcción se realizan, desde la manera en que se administra un proyecto, hasta la manera en que se evalúa y supervisa una obra. De primera mano, lo que buscamos al implementar tecnología en este tipo de industria es el digitalizar y automatizar procesos y actividades. Esto logra traer grandes ahorros al aumentar la productividad y disminuir errores.
Al digitalizar los procesos logramos asegurar la trazabilidad de un proyecto. Por ejemplo el digitalizar elementos de un proyecto como son documentos constructivos nos permite mantener un registro seguro y accesible. Si consideramos la tecnología asociada a actividades en la nube (almacenamiento y procesamiento digital, en la red, de información) logramos tener repositorios de documentos con altos niveles de seguridad, accesibles desde cualquier dispositivo, en cualquier momento y desde cualquier lugar. Por ejemplo un administrador pudiera acceder a documentos de distintos proyectos desde su celular en cualquier parte del mundo. Y no solo esto, si no que se tiene registro de quien creó el documento, quienes lo han editado y en qué momentos, todo con un historial de versiones.
Otras tendencias en la digitalización de procesos es la generación de modelos digitales tanto de planos como de lo ya construído. El uso de drones por ejemplo, permite generar un gemelo digital del avance real de la obra. Este tipo de supervisión, además de ser exponencialmente más rápida que el método tradicional permite tener una representación a escala de la construcción real, que además de ser una representación visual fidedigna, permite realizar mediciones, cálculo de volúmenes y avance de construcción. Esto se logra en una fracción de tiempo y costo de una supervisión tradicional.
Cuando hablamos de automatización buscamos disminuir la intervención humana en actividades de un proyecto de construcción. Esto nos permite ser más eficientes, en especial en actividades repetitivas que conllevan criterios bien definidos. Por ejemplo la generación de reportes de avance, en donde el sistema puede recabar datos reportados por la gerencia de obra, procesar esta información y generar tableros de control en tiempo real. O mediante el uso de modelos BIM el poder encontrar de manera automática interferencias entre distintas ingenierías, ahorrando tiempo y reduciendo costos al eliminar errores antes de pasar a construcción.
Si bien podemos ver ya de manera regular el uso de tecnología en construcción, hay todavía algunas tendencias que no han logrado madurar en esta industria, pero que seguramente pronto veremos como parte regular de la disciplina. La impresión 3D por ejemplo es una tecnología que si bien ha generado algunos prototipos en la construcción aún no ha logrado un completo despliegue. Esto no por la viabilidad de la tecnología, si no por temas regulatorios que aún tienen que ser discutidos y solucionados para poder ser llevados a un nivel comercial. Si vemos este ejemplo nos damos cuenta que la tecnología no solo está cambiando la manera en que desempeñamos proyectos de construcción, si no también leyes, lineamientos y normativas de la industria.
Todos estos casos de digitalización y automatización, que la tecnología nos ofrece, se traducen en un valor medible. El poder tener documentación accesible permite eficientar la comunicación y disminuir los tiempos de ejecución y ayudar en la toma de decisiones. El poder tener visibilidad constante y veraz del avance obra permite corregir oportunamente cualquier error y anticiparse a problemas futuros. Todo esto impacta positivamente en la economía y tiempos de un proyecto.
Como conclusión podemos decir que estamos en un punto de no retorno, en el que si una empresa que ofrece servicios en la industria de construcción quiere mantenerse competitiva debe considerar el uso de tecnología en sus procesos. La tecnología ha dejado de ser un “valor agregado” a un servicio y se está convirtiendo en materia prima para cualquier empresa que labora en la industria.
Autor: MSc en Sistemas Pedro Fonseca
